Cuando preguntamos a las personas mayores cuales son las cosas de que se arrepienten por NO haber hecho en la vida nos dijeron esto:
No pedir ayuda
“Puede que te sientas tonto al hacer preguntas, pero te sientes más tonto por no haberte atrevido a preguntar”.
Perdemos mucho tiempo y gastamos mucha energía por no atrevernos a pedir ayuda. Pensamos que tenemos buenas razones para no pedirla, pero básicamente es por orgullo y por miedo a la respuesta del otro. Sin embargo, a la mayoría de la gente le gusta ayudar y le hace sentirse bien.
Tratando de hacer que las malas relaciones funcionen
“Las relaciones requieren mantenimiento, pero hay diferencia entre mantener una buena relación y tratar de forzar una mala”.
Es cierto que es difícil saber cuándo dejarlo. A veces seguimos agarrados a una relación insatisfactoria pensando que – ‘el problema soy yo y repetiré los mismos fallos en la próxima’-, otras veces por no estar solo o, también, por no afrontar el sentimiento de pérdida.
Hay que aprender a lidiar con el impacto emocional de una ruptura. No se trata de negar el sufrimiento sino de elaborarlo hasta llegar a su resolución, es decir, la aceptación de que no pudo ser.
Rumiando sobre errores y defectos
“Aprender de tus errores es una cosa, pero pensar en ellos es una pérdida de tiempo”.
Rumiar el pasado nos hace repetir los errores. Incluso si lo haces sobre cosas positivas no ayuda a cambiar el comportamiento presente. Por supuesto que no se trata de pasar por alto tus errores o ignorarlos, la cuestión es ver en que fallaste y liberarte del error.
Para dejar ir el pasado, debes perdonarte oficialmente. Siente la vergüenza. Siéntela realmente en todo tu cuerpo y después recuerda que todo el mundo comete errores. Por último, perdónate (ayuda mucho decirlo en voz alta). Cada vez que vuelva el pensamiento, recuérdate que ya te perdonaste por eso y no hay razón para sentirse mal. La culpa es sufrimiento gratuito.
No hacer cosas por miedo a hacerlas mal.
“Te pasas la vida diciendo cosas como ‘yo no sé hacer eso’, ‘yo no sirvo para eso’, ‘es demasiado tarde para mí’ y pierdes la ilusión de aprender”.
Para aprender algo nuevo tienes que volver a ser un niño y equivocarte. Creemos que ser adulto es ‘saberlo todo’ y dejamos de aprender cosas nuevas y diferentes. Así, dejamos de perseguir nuestros sueños, de tener proyectos, y perdemos las ganas de vivir. No hay nada de malo en querer una vida estable, pero hay que hacerlo por convicción no por miedo a fracasar.
Preocuparse demasiado por otras personas
“Perdí mucho tiempo preocupándome por los demás”
No es que no quieras a tus amigos, pero pasar mucho tiempo preocupándote por problemas que no les puedes resolver es sufrir innecesariamente. Ese hábito siempre conduce a un callejón sin salida, porque no implica acción.
Arrepentirse también es una pérdida de tiempo
- Disfruta de tu madurez.
- Ofrece tu experiencia a los que la necesitan.
- Haz las paces con tu pasado.
- Prepárate para el final de la vida.