Tanto los maestros tradicionales como los instructores modernos coinciden en que hay niveles de atención y estados de conciencia que no son accesibles más que en situación de retiro prolongado. Mientras no se haya transitado por ese tipo de estados, es difícil comprender el método en su totalidad y el proceso en su integridad.

Las condiciones de retiro representan un potente modificador de la conciencia y amplificador de la experiencia. La restricción de estímulos y movimiento permite que el foco de la atención se oriente hacia los acontecimientos físicos y mentales que pasan desapercibidos en el estado ordinario de conciencia. Mantener esas condiciones tanto durante la meditación formal como durante el resto de las actividades facilita la gradual intensificación de la atención y con ello de la comprensión (insight) del funcionamiento de la mente.

El silencio es total. Habrá una charla diaria para dar instrucciones y la posibilidad de entrevistas personales de menos de 10 minutos sobre cuestiones directamente relacionadas con la práctica.

Mediante la práctica intensiva, se prepara la mente para recibir información de una forma más clara y directa. Las enseñanzas diarias dan sentido a las distintas experiencias que se van sucediendo durante el entrenamiento de la atención.

En retiros prolongados se dan las condiciones para que el cuerpo/mente descubra estados de calma y claridad desconocidos, así como para desechar hábitos físicos y mentales insanos, lo que supone el alivio o superación de numerosos trastornos psicosomáticos.