El fin de semana del 8, 9 y 10 de octubre tuvimos el enorme placer de recibir a Dhiravamsa en nuestro centro de la calle General Etxagüe. El viernes hubo una sesión abierta al público que constituyo a la vez el acto de inauguración que teníamos pendiente, pues Dhiravamsa es el guía y maestro que ha inspirado y enseñado a la Escuela de Meditación de Baraka, escuela que agrupa ya a más de 80 participantes.
A continuación, el sábado y domingo celebramos un taller en el que Dhiravamsa nos enseñó a discriminar entre la realidad convencional y la realidad última. En el buddhismo se reconocen dos clases de verdad o realidad. La primera es la realidad convencional y la segunda es la realidad última.
La verdad convencional es aquello que está de acuerdo con las convenciones o usos del mundo. También se denomina “paññatti”. “Paññatti” se traduce como concepto.
El segundo tipo de verdad o realidad es la realidad última, “Paramattha”. Si algo es reducible, no es una realidad última. La realidad última es lo que es irreducible. Una persona, digamos un hombre; el nombre “hombre” es un concepto nombre; la persona es un concepto cosa. Lo real en esa persona son los cinco agregados; esos cinco agregados tienen un principio, permanecen y finalmente desaparecen; por tanto, son realidades últimas. Paramattha podría definirse como algo que podemos experimentar directamente, como una unidad mínima de experiencia, a la que no añadimos nada más, ninguna cualidad adicional a la de la propia experiencia misma.