La conciencia adquiere los colores de los estados que la visitan
Aunque Mindfulness ha conseguido su legitimidad de los resultados científicamente comprobados, la ciencia no contempla la ética más que en su variable deontológica, es decir, en la actitud del profesional que lo imparte. Sin embargo, tanto la ética como la moral son determinantes para la madurez y el bienestar de las personas que lo practican. Conviene, por tanto, hacer una reflexión sobre la ética y su función en la naturaleza humana.
Comenzamos diferenciando Ética y Moral. Seguimos por un análisis comparativo entre éticas formales y materiales. Exploraremos lo que se ha denominado Ética de la Virtud frente a la Ética de la Justicia. Si consideramos Mindfulness como la implementación de la meditación de la tradición de Buda, su objetivo es la sabiduría entendiendo ésta como la ‘perfección ética’. Eso nos llevará a encontrar en la ‘intención’ el origen de la actitud ética. Sin embargo, la ética es una cualidad evolutiva que se ha estudiado en psicología como ‘teorías del desarrollo moral’. La ética propia de Mindfulness se aproxima a lo que se ha denominado ‘ética del cuidado’ que ha sido validada por la Neuroética. La ética del cuidado tiene que integrarse para no resultar parcial o interesada con una ética de la Virtud en la que se destacan los ‘cuatro estados inconmensurables de la mente’: Bondad, Alegría, Compasión y Ecuanimidad.
En el taller se propondrán prácticas de exploración de la actitud ética y prácticas generativas para el cultivo de los cuatro Inconmensurables.