Crear grupos y proyectos sólidos, en los que la eficiencia se conjugue con un absoluto cuidado por los procesos y por las personas, no es algo evidente, ni algo que se pueda hacer sin una necesaria preparación. Crear comunidad es un arte que requiere conocer ciertas técnicas y adquirir algunas habilidades. También es importante conocer cuáles son las estructuras que todo grupo debe crear para una buena organización y funcionamiento. Al crear estas estructuras de manera transparente y visible para todos, el grupo profundiza en su práctica democrática y previene la aparición de estructuras encubiertas de opresión que favorecen a ciertas personas en detrimento de otras. Su importancia es tal que deberíamos plantearnos seriamente otorgarles un valor sagrado. Al menos en el sentido de ser espacios que escapan a las relaciones cotidianas y se rigen por un espíritu de servicio hacia un bien superior. De ahí la necesidad de establecer algún ritual para su inicio y cierre que nos recuerde que estamos entrando en un espacio colectivo y que podemos dejar los egos fuera.
Procesos grupales