Orígenes de la Práctica Psicomotriz I Un Cuerpo Emocional Integrado
La escuela francesa de práctica psicomotriz vivencial y relacional de Bernard Aucouturier y André Lapierre nació en la década de 1970, en un contexto de renovación pedagógica y psicológica que buscaba integrar el cuerpo y las emociones en los procesos de aprendizaje y desarrollo infantil. Sus raíces están profundamente influenciadas por las corrientes humanistas y psicoanalíticas de la época, así como por los avances en psicología del desarrollo, neurociencias y pedagogía activa.
Aucouturier y A. Lapierre, ambos educadores y psicomotricistas, comenzaron a trabajar en Francia con niñxs pequeñxs, observando cómo sus dificultades emocionales, relacionales o motrices se expresaban a través del cuerpo y el movimiento. Inspirados por las ideas de grandes figuras como Françoise Dolto, Jean Piaget, Henri Wallon y Donald Winnicott, reconocieron que el cuerpo no solo es una herramienta para la acción, sino también un medio fundamental para la expresión de emociones, la construcción del pensamiento y la relación con el entorno.
A partir de estas observaciones, desarrollaron un enfoque basado en la vivencia corporal y el juego espontáneo, priorizando la importancia del movimiento libre, la simbolización y el acompañamiento respetuoso en el desarrollo del niñx. Este modelo incorporó el concepto de "relación tónica", que enfatiza la conexión profunda entre la persona adulta y el niñx, no solo a nivel verbal, sino también a través del tono muscular, la postura y las emociones.
La escuela emergió formalmente con la creación de programas y formaciones en práctica psicomotriz, que se difundieron ampliamente a través del trabajo pedagógico y terapéutico con niñxs, así como por medio de la capacitación de profesionales en diversos países. Esta metodología se consolidó en tres facetas principales: preventiva, educativa y terapéutica, cada una con su propia especificidad, pero todas fundamentadas en la idea de que el cuerpo y la relación son los ejes del desarrollo integral.
La práctica psicomotriz vivencial y relacional, tal como fue concebida por Aucouturier y Lapierre, se mantiene viva como un enfoque profundamente humano, que pone al niño en el centro y considera su cuerpo, emociones y vivencias como parte esencial de su crecimiento y bienestar, todas ellas enmarcadas en un entorno relacional profundo y significativo.
ACTIVIDADES
Las sesiones se llevarán a cabo semanalmente los miércoles de tarde, iniciando en el mes de Febrero de 2025. La asistencia regular en este horario permitirá establecer una rutina que facilite la participación activa y comprometida de lxs niñxs y sus familias.
Para más información o para pedir cita:
616 182 841 / monica.fernandez.ezkurra@gmail.com
Psicomotricidad en Familia I Propuesta Sesiones Grupales
La Psicomotricidad en Familia es una propuesta preventiva - educativa diseñada para fortalecer los vínculos familiares y promover un desarrollo integral del niñx mediante la vivencia compartida en un espacio psicomotor.
En este enfoque, las familias participan en sesiones grupales semanales donde el movimiento libre, el juego y la exploración corporal y sensorial se convierten en los medios principales para estimular la conexión emocional, el aprendizaje mutuo y la expresión creativa.
Las sesiones están orientadas a crear un entorno seguro y no directivo, donde lxs niñxs puedan explorar su cuerpo y su entorno con libertad, mientras lxs adultxs desarrollan una actitud de acompañamiento respetuoso que se enriquece con la observación silenciosa.
Los beneficios de las sesiones de encuentro grupales son amplios y profundos:
Para lxs niñxs, el movimiento libre estimula su desarrollo motor, la coordinación y la integración sensorial, mientras el juego simbólico fortalece su imaginación, creatividad y habilidades emocionales. La seguridad que encuentran en un entorno respetuoso les permite experimentar la autonomía, expresar sus emociones y establecer una relación de confianza con sus figuras referentes.
Para las familias, la observación silenciosa y la participación en actividades compartidas fortalecen los vínculos afectivos, mejoran la comunicación emocional y ofrecen herramientas prácticas para acompañar el desarrollo de sus hijxs desde una perspectiva respetuosa y comprensiva.
Desde una perspectiva preventiva, promueve la consolidación de relaciones familiares saludables, reduciendo tensiones y previniendo posibles dificultades relacionales al fomentar una dinámica de cuidado basada en el respeto y la empatía.
En el plano educativo, promueve en lxs adultxs una actitud reflexiva que les permite reconocer el valor del juego, el movimiento y la exploración autónoma en el desarrollo integral de sus hijxs, nutriendo un acompañamiento que respeta sus ritmos y necesidades individuales.
Terapia Psicomotriz I Sesiones de Intervención Individual · Infancia y Familia
La terapia psicomotriz está dirigida principalmente a niñxs entre 0 a 7 años, aunque puede extenderse a edades mayores hasta 12 años, dependiendo de las necesidades individuales del niño y su desarrollo. Se enfoca especialmente en las primeras etapas de la vida, dado que son cruciales para la maduración emocional, cognitiva y motora, coincidiendo con un período en el que el cuerpo y el movimiento son medios privilegiados de expresión y aprendizaje, y donde las experiencias vivenciales tienen un impacto significativo en la construcción de la identidad y el bienestar.
Los beneficios de esta terapia son amplios y afectan tanto al niñx como a su entorno familiar.
En lxs niñxs, la terapia fortalece la autoestima y la confianza, ayudándoles a desarrollar una imagen corporal positiva y mayor seguridad en sí mismxs. Además, favorece la regulación emocional, permitiéndoles identificar, expresar y gestionar sus emociones de forma saludable, mientras que estimula la creatividad y el pensamiento simbólico mediante actividades lúdicas que fomentan habilidades cognitivas como la imaginación, el razonamiento y la resolución de problemas. También apoya la socialización al enseñarles a interactuar, compartir y cooperar con los demás, lo que fortalece sus habilidades sociales y empatía. Desde el punto de vista físico, mejora la motricidad y la coordinación, fortaleciendo el control del tono corporal y la postura.
En el ámbito familiar, ayuda a reequilibrar el vínculo afectivo entre el infante y sus cuidadores, ya que la participación de las figuras adultas en el proceso terapéutico les permite comprender mejor las necesidades de sus hijxs, mejorando la comunicación y el apego, ayudando a reducir tensiones, frustraciones y conflictos en el sistema familiar.
Está orientada a niñxs que presentan diversas dificultades en su desarrollo, incluyendo:
- Alteraciones emocionales o de conducta: Niñxs con ansiedad, inseguridad, miedos, agresividad o dificultades para gestionar sus emociones.
- Dificultades en la socialización: Problemas para relacionarse con otrxs niñxs o adultxs, timidez excesiva, aislamiento social o dificultad para jugar y compartir.
- Trastornos psicomotores: Retrasos en la adquisición de habilidades motoras, hipotonía, hiperactividad motriz o dificultades en la coordinación y el equilibrio.
- Dificultades de aprendizaje: Problemas que afectan el desarrollo cognitivo, como falta de atención, impulsividad o dificultades en la organización espacial y temporal.
- Trastornos del espectro autista (TEA): Niñxs con desafíos en la comunicación, interacción social y en la comprensión de las normas relacionales.
- Consecuencias de traumas o situaciones difíciles: Experiencias de separación, pérdida, adopción, hospitalización prolongada, maltrato o negligencia, que puedan haber generado bloqueos emocionales o de desarrollo.
Además, la terapia psicomotriz no se limita únicamente a casos de dificultades, sino que también es beneficiosa para niñxs con un desarrollo típico, ya que puede enriquecer su expresión emocional, creatividad y habilidades sociales. De manera preventiva, ayuda a fortalecer la autoestima y a consolidar una base sólida para un desarrollo equilibrado.
La flexibilidad de esta metodología permite adaptarla a las necesidades específicas de cada niñx, lo que la convierte en una herramienta valiosa tanto para el tratamiento de dificultades como para el acompañamiento del desarrollo integral en la infancia temprana.
Psicomotricidad Vivencial I Propuesta Sesiones Grupales 4- 5 años
Las sesiones grupales de Psicomotricidad Vivencial buscan promover el desarrollo integral del niñx, considerando aspectos emocionales, sociales, cognitivos y motores a través del juego, la exploración y la expresión corporal.
El enfoque metodológico se basa en principios como la libertad y creatividad, el sostén emocional, el respeto por los ritmos individuales y la valoración del juego simbólico como medio para expresar emociones y vivencias. De esta manera, cada niñx será el protagonista de su propio aprendizaje, experimentando de forma autónoma en un entorno seguro y respetuoso, conforme al enfoque de Bernard Aucouturier.
Cada sesión tendrá una duración aproximada de 45 a 60 minutos, estructurándose en cuatro momentos clave.
En primer lugar, la acogida y preparación, 5-10 minutos, que facilitará la transición al espacio de psicomotricidad con los saludos de bienvenida, y actividades cálidas como canciones o rituales acordados iniciales. Seguidamente, el momento de expresión y juego simbólico, 25-30 minutos, permitirá a los niños explorar las posibilidades de su cuerpo y el espacio utilizando materiales como cojines, circuitos de madera, túneles, cuerdas y telas. La figura de la persona adulta desempeñará un rol de observadora activa, interviniendo solo cuando sea necesario en la construcción de la actividad compartida, para mediar conflictos o brindar apoyo emocional.
Posteriormente, se dedicará un tiempo a la representación, regulación y calma, 10-15 minutos, con juegos más suaves y propuestas que favorezcan la autorelajación, permitiendo así la integración de las experiencias vividas. Finalmente, el cierre y despedida, 5 minutos, reforzará hábitos de cuidado y autonomía mediante la organización del espacio.
La evaluación se realizará mediante la observación de la participación, las interacciones y las emociones expresadas durante las sesiones, reflexionando sobre los tipos de juegos predominantes y los cambios en el nivel de confianza o disposición de lxs niñxs.
Esta propuesta busca ofrecer un espacio enriquecedor y significativo que permita a lxs niñxs desarrollarse de manera integral, potenciando su autonomía, creatividad y bienestar emocional, en un entorno seguro y respetuoso, conforme al enfoque de Bernard Aucouturier.